viernes, 3 de junio de 2011

Hasta siempre Bali

A ratos me invade la nostalgia, y extraño Bali sin saber muy bién qué es exactamente lo que echo de menos, pero con una melancolía infinita y ganas terribles de montarme en un avión para recorrer de nuevo los 30.000 kilómetros que nos separan. Otras veces me maravillo de las comodidades del primer mundo y disfruto como una niña con cosas que antes daba por sentadas, como una interminable ducha caliente, una cama en la que poder dormir hasta tarde sin que al amanecer te despierte un concierto de sonidos de la naturaleza, las carreteras sin socabones por doquier, o simplemente la limpieza de las calles.

A menudo me sorprende la frialdad de la gente, la escasez de sonrisas, las miradas huidizas que evitan los ojos para posarse en lo que llevas puesto, en lo que tienes. Me gustan los días largos, pero se me antojan eternos acostumbrada como estoy a irme a dormir a la hora que aquí estoy empezando a cenar.

Disfruto con la eficacia del día a día, y la vida me resulta infinitamente más fácil y cómoda que en la isla que añoro. Extraño a mis amigos, y me pregunto a diario qué estarán haciendo, calculando las seis horas de adelanto que ellos llevan.

Me alegra tener a los míos cerca, pero no estoy segura de que ellos sepan descubrir que he cambiado, que no soy ya la misma que se fue de Madrid hace casi un año. Algo dentro de mí ha dado un vuelco y tendré que encontrar otra vez mi sitio en esta mi ciudad que ahora me resulta tan nueva y reluciente.

No he soñado aún con Bali pero sé que lo haré, y será la isla perfecta, la isla que yo siempre imaginé. Y sé que una pequeña parte de ella se ha posado sobre mí, delicadamente, sin hacer ruido, como una de las numerosas mariposas que nos saludaban por la mañana. Y aquí se queda. Ojalá no me abandone nunca. Hasta siempre Bali.

sábado, 14 de mayo de 2011

Siempre quedarán las Gilli



Cuando desde España soñaba con venir a Bali mi imagen mental de esta isla era la de un remanso de paz y armonía, con playas larguísimas de arena suave y blanca, con agua cristalina y fondos repletos de corales multicolores. Imaginaba que aquí cualquier sitio estaría más o menos cerca de la playa, y que se me olvidaría durante mucho tiempo lo que es sufrir atascos o aglomeraciones. Mi imaginación me jugó una mala pasada, porque lo cierto es que Bali, pese a contar con lugares maravillosos, con playas de postal, paisajes increíbles y enclaves cuya belleza te deja sin respiración, puede ser todo lo contrario del paraíso en muchas ocasiones. Las insuficientes infraestructuras no están ni mucho menos preparadas para la avalancha de turistas que vienen a pasar sus vacaciones, seguramente con la misma imagen mental equivocada que yo tenía. Las arterias principales de Bali se colapsan con mucha facilidad, especialmente en temporada alta, y trayectos de unos 15 kilómetros, que deberían suponer veinte minutos en coche, se convierten en una hora o incluso más. Además, la población local, y también muchos extranjeros incivilizados, tira basura en cualquier parte, de manera que en la mayoría de las playas es fácil encontrar botellas o envases mecidos por las olas o acompañando en la arena a los cangrejos al atardecer. Y no sólo basura, las ofrendas que los balineses colocan en la orilla del mar a diario, pequeñas bandejas hechas con hoja de plátano que llenan con flores e incienso, y que nadie recoge después, se convierten en una fuente más de suciedad que se va acumulando hasta el infinito. Las playas que están alejadas de las zonas turísticas no se limpian regularmente, de forma que, si la marea decide llevar allí los desperdicios, lo que debiera ser una de esas idílicas playas solitarias sólo para aventureros, se convierte en poco menos que vertederos de basura. El gobierno Indonesio debería tomar medidas para que Bali recibiera a los millones de turistas limpia y arreglada, pero no parece que estén dispuestos a crear planes de desarrollo sostenible para que la isla siga creciendo de forma razonable y sensata. Es la gallina de los huevos de oro, pero si el crecimiento continúa desmesurado, si se siguen construyendo sin control más hoteles, más villas y más negocios, pero no se ponen en marcha las infraestructuras, servicios de limpieza, carreteras, campañas educativas... necesarias para que esta enorme rueda siga girando, llegará un momento en que la burbuja estallará y se les acabará el chollo.

La preciosa playa de Gilli Meno

Pero siempre quedarán las Gilli. Estas pequeñas islas situadas muy cerca de Lombok, en las que no circulan coches ni motos, sólo bicicletas y carros tirados por caballos. Desde Bali se tarda entre hora y media y dos en llegar en uno de los numerosos barcos rápidos que salen del puerto de Benoa o Padang Bai. Las Gilli son una delicia. La más grande, Gilli Trawangan, llena de gente joven y guapa, ideal para salir de fiesta si no tienes niños o tienes la suerte de poder colocarles con alguien. Gilli Air es la mediana, con una variada oferta hotelera para todos los gustos y bolsillos, y montones de buenos restaurantes al borde del mar, además de unos fondos marinos espectaculares llenos de peces tropicales y tortugas. Gilli Meno, la hermana pequeña, es la que tiene la mejor playa de arena blanca y agua cristalina, y es perfecta para ir en familia, tumbarse al sol y hacer castillos de arena. Sólo espero que con el tiempo estas islas se mantengan así de inmaculadas, que no llegue a ellas el desarrollo desmedido que está acabando con la belleza de Bali y de tantos otros lugares que un día se llamaron paraíso.

Atardecer desde Gilli Air

martes, 26 de abril de 2011

Guía práctica para instalarse en Bali

Algo ambicioso me ha quedado este título y no sé si sabré llenar este post de suficiente contundencia como para poder llamarle "guía"... pero a ello me dispongo. Ahora que se aproxima el fin de nuestra aventura (volvemos a España a finales de mayo) espero poder transmitir algo de lo que he aprendido a otros aventureros que se animen a emprender esta pequeña locura. Ahí van algunos consejos:

- Al llegar tómatelo con calma: si buscas alojamiento para el "desembarco", que sea para dos semanas o más, para que no tengas que buscar tu casa a la carrera. Las cosas en Bali van muy despacio y encontrar casa lleva su tiempo, así que mejor hacerlo con las espaldas cubiertas. Mejor alojarse en un apartamento con cocina que en un hotel, y mejor en una zona céntrica que apartada.

- Consigue cuanto antes tu propio transporte y hazte con un buen mapa de Bali el primer día: venden una especie de callejero muy completo que es más caro que el clásico mapa turístico pero es una buena inversión. Olvídate de los innumerables conductores que te ofrecen "transport" sin parar y alquila tu propio coche o moto. Te acostumbrarás rápido a conducir por la izquierda y sin ley, y verás la vida de otra manera cuando puedas moverte de forma independiente.

Pregunta a otros expatriados: a los que vivimos en Bali nos encanta que nos pregunten, y la mayoría tenemos tiempo de contestar. Todos los que aquí estamos hemos pasado por el trance de llegar e instalarnos, y sabemos que puede ser muy complicado y frustrante al principio. Preguntar a los locales no es una buena opción, porque ellos no tienen las mismas necesidades que nosotros y, tratando de ayudarte, van a hacer que des dos mil quinientas vueltas. Si por ejemplo quieres contratar internet para tu nueva casa y le preguntas a un indonesio cómo hacerlo, seguramente te dirá que ningún problema, que él tiene un amigo que te lo hace... por un módico precio claro. Y el problema no es sólo que te saquen los cuartos, sino que te retrasarán y seguramente no será la conexión que buscabas ni el servicio adecuado. Si le preguntas al taxista si sabe de alguna casa de alquiler te llevará con toda seguridad a ver una, pero será la casa de su tía abuela que no estará en la zona que quieres ni tendrá las comodidades que tú necesitas. Los mejores contactos, teléfonos o consejos que he conseguido desde que estoy aquí no han venido de balineses sino de otros expatriados que llevaban en Bali más tiempo que yo. No seas tímido, preguntar puede servirte también para conocer gente!

- Busca el "Bali Advertiser": es el periódico de cabecera de los expats en Bali, y allí encontrarás anuncios de casas en alquiler, artículos de segunda mano, ofertas de empleo, coches, etc... Nosotros encontramos la casa en la que vivimos a través de éste periódico. Es gratuito y lo puedes encontrar en muchos restaurantes y locales a lo largo de toda la isla. También están en internet: www.baliadvertiser.biz

- Abre una cuenta bancaria: teóricamente si no están en posesión de una KITAS (Visa con permiso de trabajo) no es posible hacerlo, pero en Bali la teoría es muy distinta de la práctica. Nosotros abrimos una cuenta en Permata Bank sólo con una VISA Social gracias a una recomendación del abogado que se iba a encargar de gestionar la extensión de nuestros visados. Si un buen cliente del banco te recomienda o "esponsoriza" puedes tener tu cuenta en Bali y ahorrarte mucho dinero en comisiones.

- Ojo al cambio: cambia sólo en establecimientos oficiales y fíjate que el cambio esté libre de comisión y actualizado. Olvídate de cambiar en el aeropuerto o en los hoteles porque perderás dinero. El cambio entre euro y rupia indonesia fluctúa bastante, así que tenlo el cuenta a la hora de cambiar cantidades importantes como el pago anual de la casa, por ejemplo.

- Antes de mudarte a una casa, vívela: si encuentras una casa que te guste y una vez negociado el precio y las condiciones quieres quedártela... respira hondo y dá un paso atrás. Dile al propietario que aún no estás convencido del todo (aunque te mueras de ganas de mudarte y estés loco de emoción) y que necesitas pasar una noche en la casa para estar seguro. Te parecerá una tontería, pero es importante: haciéndolo sabrás si la casa está o no iluminada por la noche, si el agua caliente sale de verdad caliente, si funcionan todos los aires acondicionados a la vez o si se va la luz cuando los enciendes, si necesitas más armarios, los ruidos que se oyen por la noche y al amanecer... Y si el propietario te asegura que va a arreglar ésto o aquello una vez que te mudes.... No te fíes. Que lo arregle primero y pagas después. Regatea sin tapujos, piensa que en Bali el sueldo de un funcionario es de un millón de rupias mensuales. Así que los noventa o cien millones que se pagan por un año de alquiler son una auténtica fortuna aquí.

- Contrata tu propio personal: hay muchas villas que se ofrecen con chofer o asistenta "incluida". No te comprometas a pagar un sueldo a un empleado que tú no has elegido ni contratado. Si después resulta que es un auténtico desastre te verás obligado a seguir pagando a alguien cuyo trabajo no te satisface.

- Olvídate de los euros lo antes posible: no hagas el cambio a euros cada vez que te den el precio de algo. Al principio será inevitable, pero enseguida podrás "pensar en rupias". Y es mucho mejor si quieres evitar que te den gato por liebre. Los precios para los "bulés" (o sea, los blancos) pueden ser desorbitados a veces, pero si los traduces a euros pensarás que no es para tanto: por ejemplo, paseíto en barco típico (media hora) por 400.000 Rp. ¡es una locura! Pero si piensas que son unos 30€ no te parecerá tan mal. No lo hagas: un paseíto en barca de media hora no debería costar más de 150.000 Rp y no importa cuántos euros sean.

Aprende indonesio: al menos los números, los días de la semana, algunos verbos y construcciones básicas... Cambia completamente la visión que de tí tienen los locales cuando eres capaz de hablarles en su lengua. Dirígete a los señores por "Pak" y a ellas por "Ibu". Saluda con "Apakabar" y dí "Terimakasi".

lunes, 11 de abril de 2011

Algunas cosas que he aprendido en Bali

- Que el arroz combina bien con las cosas más insospechadas: arroz con lentejas, arroz con tortilla de patatas, arroz con aguacate...

- Que se puede vivir sin tele, pero no sin Internet.

- Que está el xirimiri, el orvallo, el calabobos, los chuzos de punta, el "raining cats and dogs" de los ingleses, las lluvias torrenciales... y luego está la lluvia de Bali que supera, con mucho, a todo lo anterior. Si no has vivido una "Rainy season" en Bali no has visto llover de verdad.

- A diferenciar las ranas de los sapos.

- Que en una moto se puede llevar un almacén entero de felpudos, dos teles, tres niños y dos adultos, un puesto ambulante de comida, una mudanza... lo que sea!

- Que cuando hay una tormenta eléctrica hay que apagar el Router si no quieres que lo fría un rayo.

- Que se puede vivir sin chorizo, pero no sin aceite de oliva.

- A cocinar un marmitako buenísimo, gracias a mi amiga Anahí, que nos lo preparó en Nochevieja. Un guisito muy poco apropiado para los calores de Bali, pero que nos supo a gloria.

- Que los Gekos se llaman así porque al atardecer emiten un sonido que dice: GE-KO, GE-KO

- Que el glutamato es una sustancia que los orientales añaden a la comida para mejorar su sabor y que, además de aumentar el apetito, tiene unos efectos secundarios bastante nocivos para el organismo.

- A ponerme el pareo con estilo, y a tener sólo un calzado: las hawaianas.

- Que cualquier español vende su alma por una tortilla de patatas.

- Que los ratones saben nadar, y subir escaleras.

- Que los gatos son adorables cuando llegas a conocerlos.

- Algo de indonesio, pero no lo suficiente.

- Que la Navidad es aún más deprimente cuando se está lejos de la familia.

- A dejar los zapatos en la entrada y andar descalza por la casa.

... y lo que se me queda en el tintero

jueves, 31 de marzo de 2011

Si vienes a Bali no te pierdas (I)

Bali es mucho más que playa, pero hay playas maravillosas. Para mi gusto, las más bonitas son las de Balangan y Geger, al sur de la isla, aunque la playa de Seminyak, con su fuerte oleaje, es preciosa al atardecer, y hace poco hemos visitado Pemuterán, cuyas playas no se quedan atrás.

La playa de Pemuterán, al noroeste de la isla.

Bali es mucho más que arrozales, pero ver la perfección de estos campos, escalonados con tanta precisión es un espectáculo inigualable. Hay campos de arroz prácticamente en toda la isla, pero son dignos de ver los del norte de Ubud (Telagalang) y los de los alrededores de Tabanan.

Campos de arroz al norte de Tabanan
Alquilar una moto y perderse por las zonas más remotas de la isla, lejos de Kuta y otros horrores. Es sin duda la mejor manera de moverse por Bali y la más auténtica. En moto se puede acceder a caminos impracticables para los coches y entender un poco mejor la manera de vivir de los balineses, que en las aldeas menos turísticas aún reciben con entusiasmo a los extranjeros.

La sonrisa balinesa motorizada
Bucear y/o hacer snorkeling en alguno de los arrecifes que rodean la isla. A mí me han encantado los fondos marinos de Nusa Lembongan, una pequeña isla al este de Bali, los de Amed, al nordeste, y especialmente Parque Nacional Marino Barat de Bali, al noroeste de la isla... ¡insuperable!

sábado, 5 de marzo de 2011

Celebrando el Año nuevo Balinés: Nyepi

Hoy se celebra en Bali el Nyepi, que significa día del silencio. Según el calendario balinés, que se rige por las fases de la luna, hoy es el primer día de 1934. Como dice mi amigo Oriol en su facebook... ¡ahora entiendo muchas cosas!

Los niños, muy concentrados haciendo bailar su Ogoh-Ogoh
 La celebración del año nuevo hindú supone cuatro días de fiestas y uno, el Nyepi, de resaca oficial. Y me explico, durante los cuatro días que preceden al Nyepi, los balineses están inmersos en numerosas ceremonias de purificación, limpieza espiritual y ofrendas. La ceremonia más importante y llamativa se celebra el día anterior al Nyepi y simboliza la llegada a Bali de espíritus malignos, que toman la forma de estatuas demoníacas que fabrican los devotos con papel y bambú. Estas figuras se llaman Ogoh-Ogoh y ciertamente, son de todo menos bonitas. Ayer estuvimos disfrutando de una especie de "procesión" en la que estas figuras salen a la calle, llevadas sobre una estructura de bambú, y cargadas por niños o chavales jóvenes que no se limitan a pasearlas, sino que llevan a cabo una coreografía para dar vida al Ogoh-Ogoh.

El Ogoh-Ogoh es porteado por un jóvenes o niños vestidos con el típico sarong  
Llamadme hereje si queréis, pero a mí el ambiente de anoche me recordó un poco al de nuestras procesiones de Semana Santa, o incluso a la cabalgata de Reyes... con mucha mejor temperatura claro está. A los niños se les veía orgullosos, entusiasmados de tener el honor de llevar el "paso". Y la gente esperaba con devoción la llegada de esas criaturas monstruosas, hasta tal punto que nadie se movió de su sitio cuando empezó a llover copiosamente.

En algún momento después de la "cabalgata", los Ogoh-Ogoh se queman en un ritual llamado Ngrupuk.

Y hoy, con el comienzo del año, se celebra el Día del Silencio: Nyepi. La leyenda dice que los demonios y espíritus malignos han llegado a Bali para tomar la isla, y que los balineses deben esconderse en sus casas, sin hacer ninguna clase de ruido ni encender la luz durante 24 horas, para que así los Ogoh-Ogoh crean que la isla está deshabitada y se marchen. Así que se trata de un pequeño juego, aunque Marido dice que esto no es más que una excusa para vivir la resaca de tanta fiesta en paz y calma. Sea como sea, el caso es que durante 24 horas, desde las 6 de la mañana de hoy, está prohibido salir a la calle y hacer ruido (también para los turistas, que deben permanecer dentro de los recintos hoteleros): no hay televisión, el aeropuerto está cerrado y llegada la noche las luces deberán permanecer apagadas (incluso el aire acondicionado). Anochece mientras escribo esto y me pregunto si tendremos suficientes velas. Pero fuera bromas, para los balineses el Nyepi es una jornada de reflexión, de introspección, meditación y hasta ayuno. Un día para valorar lo que se ha hecho durante el año que termina y hacer propósitos para el futuro. Y qué mejor que hacer eso en casa y en silencio... a mí no me parece tan mala idea. Solo que teniendo un enano de dos años lo de no hacer ruido es casi una misión imposible... Por suerte, nuestro Nyepi es un poco menos radical porque vivimos en un complejo de carácter semi-turístico y se nos permite estar fuera en la piscina, así que hemos pasado un día fantástico en compañía de buenos amigos. Ya es de noche: ahora tocar apagar las luces y encender las velas.

Selamat Hari Raya Nyepi- Feliz día del Silencio

jueves, 24 de febrero de 2011

Visa Run en Singapur


Como os comentaba en el post sobre los visados en Bali, es necesario salir del país después de seis meses para renovar la Visa Social. Las opciones más habituales para hacer lo que aquí llaman "Visa Run", son Singapur y Kuala Lumpur. Nosotros nos decantamos por la primera y definitivamente ha sido un gran acierto. La ciudad es realmente maravillosa y hay tantas cosas que hacer allí que podrías pasar fácilmente quince días de vacaciones sin llegar a aburrirte.

Además, después de seis meses en Bali teníamos bastante síndrome de abstinencia del primer mundo, y nos apetecía vivir algo de vida urbana para variar. Ha sido una experiencia fantástica caminar por calles limpias y sin socabones, admirar los escaparates de las tiendas de lujo, comer en restaurantes de lo más chic, y vivir en una casa equipada hasta el más mínimo detalle gracias a un amigo de marido que nos alojó.  El lechón ha disfrutado de lo lindo, aunque nosotros nos hemos dado cuenta de que nuestro hijo se parece cada día más al pequeño "Mogli" del Libro de la Selva, quitándose los zapatos allá donde va, sentándose en el suelo en plena calle y creyendo que los ascensores de los parkings y centros comerciales son poco menos que naves espaciales.

Sin ánimo de hacer una guía exhaustiva, porque como os decía hay muchísimo que ver, os dejo aquí una selección de lo que más me ha gustado de la ciudad:

- Marina Bay: Al sur de la ciudad se encuentra esta bahía e n la que admirar los edificios más modernos y el skyline más espectacular. El centro comercial del mismo nombre reúne tiendas de todas las marcas de lujo que puedas nombrar en un edificio precioso de acero y cristal. Tiene un food court en el que degustar especialidades de todo el mundo a buenos precios y una pista de patinaje en la que disfruté como una enana.

- Sands Sky Park: Sin duda las mejores vistas de Singapur se pueden observar desde este mirador. Se trata de un barco gigante construido encima de tres rascacielos que dominan la ciudad. A 200 metros de altura no solo se puede fotografiar el increíble panorama, sino también cenar en uno de los restaurantes o darse un baño en alguno de los jacuzzis (esto último no sé muy bién si estaba permitido o era sólo para clientes del hotel, pero hacerlo, lo hicimos...)

- Singapore Zoo: No te lo pierdas si tienes críos, pero sin ellos también merece la pena. Está increíblemente cuidado y bién organizado. Nos encantó el espectáculo de la foca, los tigres blancos, el increíble dragón de Komodo, los gorilas y los chimpancés.


- Clarque Quay: Es un pequeño muelle histórico situado en el río Singapur, donde antiguamente descargaban los barcos de mercancías. Las fachadas de las casas han sido restauradas y pintadas de colores, lo que le otorga un aire muy pintoresco al conjunto. Mucho ambiente para pasear por la tarde, cenar en alguno de los numerosos restaurantes y tomar una copa.

Los papeles para renovar la Visa los solucionamos con mucha facilidad. El primer día fuimos a entregarlos y estuvimos más o menos una hora en la Embajada de Indonesia, y tres días más tarde recogimos los pasaportes con la nueva Visa. Sólo hay que asegurarse de llevar toda la documentación necesaria (fotografías, carta de sponsor y pasaportes), y el dinero en efectivo (65 dólares de Singapur por persona) para que el proceso sea rápido y fácil.

martes, 15 de febrero de 2011

Razones para salir corriendo: Ratones

Hemos estado muy ocupados esta semana intentando librarnos de una desagradable visita: ¡los ratones!

En Bali están por todas partes, y no es raro ver trampas para ellos en las esquinas de restaurantes, oficinas y hasta bancos. Nosotros hasta ahora nos habíamos librado, y ya nos había dicho mucha gente que teníamos suerte, porque todo el mundo los sufre de una un otra forma. Marido, que fue "boyscout" en sus años mozos, aseguraba que no teníamos ratones gracias a que vivimos en una casa construida sobre un pequeño lago. Yo estuve rebatiendo su brillante teoría diciéndole que yo había visto más de una vez ratones asomarse entre las rocas de la playa , y que a mí, pobre urbanita ignorante, me parecía que aquellos bichos sabían nadar tan bién como él y como yo. Pero él empeñado oye, erre que erre, en que no hay ratas en las casas construidas sobre el agua y que precisamente por esa razón la construcción se hace así.


Bueno, pues mi exboyscout ha tenido que darle la razón a esta pobre indocumentada en lo que a roedores se refiere. Y confirmo. Saben nadar.

Algo sospechábamos después de escuchar ruidos en la cocina en plena noche y encontrar patatas mordidas por la mañana. Dayu me miró con cara compasiva cuando le dije que creía que era un gato, y me dijo: "ibu, i think it is a mouse". Y tuve que ser yo la que viera a una enorme rata esconderse detrás de la nevera cuando fui, ,descalza, a por un vaso de agua. Por poco me da un patatús. Lagartijas, deacuerdo, mosquitos, los que haga falta, arañas, bueeeeno, pero ratones y ratas, NO! POR FAVOR!
Viendo mi cara horrorizada y la angustia vital que me embargaba, mi exboyscout me dice para consolarme:

- No te preocupes, los ratones no saben subir escaleras.

Esa ya no me la tragué, su credibilidad como experto en roedores había quedado seriamente mermada después del asunto del agua.

Al día siguiente compré unas trampas y veneno, y por suerte esa misma noche cayó la rata. Desde entonces hemos atrapado ya a dos ratones más. Uno de ellos en el piso de arriba. Pues eso, que también saben subir escaleras.

martes, 8 de febrero de 2011

Cosas que traer en la maleta

Ayer recuperamos un paquete enviado desde España con viandas de la tierra y cariños navideños. Fué una ilusión enorme recibir aquella caja con regalos tan variopintos como una lata de fabada, un bote de salsa pesto y un coche teledirigido para el enano. Me dió además pié para escribir este post que llevaba tiempo pensando. ¿Qué traer a Bali en la maleta? La verdad es que si vienes de vacaciones no necesitas comerte mucho el coco: protección solar, ropa fresquita y poco más. Pero si vienes a quedarte una temporada en la isla, más vale que dejes en casa la mitad de la ropa que pensabas traer (aquí con cuatro camisetas y unas chanclas muy cómodas te sobra) y hagas sitio en la maleta para lo que aquí no vas a encontrar:

- Kit gastronómico de emergencia Al más puro estilo PMS* Que cada uno incluya lo que más le guste, algunas  ideas son:
 Ibéricos varios envasados al vacío, garbanzos y lentejas, fabada LITORAL (un clásico), mejillones en escabeche, ColaCao (con todos mis respetos a los que toman Nesquick, no tenéis ni idea...) aceitunas, paté, mostaza, huesos de jamón para el caldo. Esto último hará que penséis que estoy completamente chalada...¿Huesos de jamón en Bali? Pues veréis, yo siento una especie de paz interior cuando tengo tres o cuatro tuppers en el congelador con raciones individuales de caldo de cocido. Y el caldo de cocido sin hueso de jamón... como que no. Manías que tiene una.

- Kit alcohólico de emergencia: nada más lejos de mi ánimo que invitar a nadie a emborracharse. Pero oye, si lo vais a hacer, hacedlo bien. Y aquí en Bali si quieres irte una noche de fiesta tienes solo dos opciones: cerveza "Bintang" o cocktails y combinados varios a base de algún brebaje inmundo que te deja la cabeza hecha puré y el bolsillo vacío. Así que mi humilde consejo es traerse la botella de ginebra, whisky, o lo que a cada uno le guste de casa. Por si otra vez creéis que estoy chalada os daré un apunte económico: una botella de Ballantines, Bombay, Absolut, Havana Club cuesta aquí (en el supermercado) unas 600.000/800.000 rupias (entre 50 o 60 euros, "ahí es ná")

- Kit cultural (que no vas a estar todo el día de juerga... qué creías?): Libros, revistas... en español, se entiende. Un diccionario indonesio-español o el clásico libro de frases es muy útil, porque fuera de las zonas más turísticas los indonesios no hablan inglés. Y en todo caso es un detalle que nosotros nos esforcemos un poco en hablar la lengua del país en el que vivimos, ¿no creéis? Yo por muy bloggera y tecnológica que sea aún no me he apuntado a lo del libro digital, pero si tienes la suerte de tener uno, aquí te puede resultar de lo más práctico y no tienes que añadir tanto peso a la maleta.

-Botiquín y Neceser: aunque supongo que en Bali puedes encontrar casi todo lo que hay en las farmacias españolas, ¿acaso sabes cómo decir "antihistamínico" en indonesio? Yo tengo la suerte de tener una madre con vocación frustrada de farmacéutica que me preparó un botiquín a prueba de ataques nucleares. Pero si vosotros no sois tan afortunados os recomiendo traer todas las medicinas que toméis con asiduidad. Paracetamol, Ibuprofeno y aspirina se encuentran en todas partes sin problema, pero si tomas algo más específico mejor ponlo en la maleta. La crema de protección solar mejor traerla, es carísima en Bali. En cambio cualquier otra crema o producto de aseo es increíblemente barato. Incluido el repelente de mosquitos, artículo imprescindible que es mejor comprar aquí, por que cuesta una décima parte que en España. En cambio, si eres chica tráete los tampones (que aquí cuestan diez veces más)... Si me lee algún responsable de la marca Tampax que me explique por favor su política de precios en Indonesia...

P.D: si alguno de los que leéis (o algún familiar) se siente inspirado para enviar un paquete o traer algún encarguito en la maleta, no tiene más que escribirme y estaré encantada de facilitar nuestra dirección. Muchas gracias.

*Paco Martínez Soria

domingo, 30 de enero de 2011

Razones para vivir en Bali: Turtle Island

Hay una playa cerca de Sanur que no es muy conocida y apenas aparece en las guías, pero se ha convertido en una de mis favoritas. La llaman "Turtle Island", "Serangan" en indonesio, y se accede a ella a través de un puente de un kilómetro que se toma desde el "Bypass", más o menos a medio camino entre Kuta y Sanur.

Es una playa ideal para surferos, especialmente en la época de lluvias, ya que los vientos benefician la zona este de la isla entre noviembre y marzo. Curiosamente, mientras olas de dos o tres metros azotan el arrecife y hacen las delicias de los amantes del surf, en la orilla el mar está como un plato, y el agua cristalina es también apta para niños.

No es una playa popular, por lo que siempre está casi vacía, y en cuanto te bajas del coche te reciben tres o cuatro señoras ofreciéndote masajes y tortuguitas de ganchillo que ellas mismas tejen. La playa está flanqueada por ocho o diez "warungs" algo desvencijados, pero muy baratos, donde tomar una cerveza y un "nasi goreng" por unos dos euros (hamaca incluida). Además de disfrutar del mar y relajarse, hay también en Serangan un templo llamado "Pura Sakenan" y un pequeño pueblo de pescadores que seguramente merecen una visita, y nos prometemos hacerla cada vez que vamos, aunque nunca llega el día...


El acceso, como es habitual en Bali, no está indicado en absoluto, pero se trata de una carretera de doble sentido, muy visible, frente al centro comercial "LotteMart". Al pasar el control hay que conducir por caminos de tierra llenos de baches durante un par de kilómetros...Nadie dijo que fuera fácil. Pero la recompensa merece la pena.

lunes, 24 de enero de 2011

Españoles en Bali

En Bali hay muchos más españoles de lo que yo imaginaba. Creo que la Embajada tiene contabilizados unos 150, pero estoy segura de que son muchos más. La noche del sábado uno de ellos organizó una fiesta de cumpleaños en su preciosa casa de Canggu y reunió a unos 20 españoles de lo más variopinto mezclados con algún que otro “guiri” que le daba a la “party” un sabor más cosmopolita. Había allí canarios con mucho “savoir faire” (los anfitriones), una sevillana con muxo arte, madrileños que intentaban tener arte (pero ni la mitad), una gallega muy guapa, una malagueña la mar de estilosa, catalanes con ganas de fiesta, valencianos achispados, un vasco con sombrero mexicano… y lo que me perdí entre Bintang y Bintang. 


Escuchando música de Melendi, Luz Casal y Ketama, dimos buena cuenta de la tortilla de patata, el gazpacho, las papas con mojo, las sardinas a la brasa, el mejor guacamole que yo he probado, ensaladilla rusa y otras delicias… En un momento dado aparecieron tres invitadas vestidas de flamencas y aquello fue el novamás. A mí es que es salir de España y me sale el folclore por todos los poros, así que el momento flamenco me alegró la noche, y de haber tenido una bandera a mano la hubiera puesto a ondear sin duda. Una no tiene ni idea de bailar flamenco, ni sevillanas, ni rumba, pero oye, que te saquen de casa y de pronto se te va la mano y el movimiento de muñeca parece que es hasta más fácil. Y es curioso cómo lejos de España se aligera también el peso de las diferencias, y es más fácil que nos llevemos bién entre nosotros cuando estamos a 30000 kilómetros. Seguramente las personas que compartieron risas la noche del sábado no lo hubieran hecho de encontrarse en España, porque cada uno era de su padre y de su madre. Tal vez nisiquiera se hubieran conocido. No sé si su RH era el mismo o diferente, nadie habló de eso ni de autonomías, cuotas lingüísticas o estatutos. Porque aquí los lazos que nos unen son mucho más fuertes que los que nos separan. Y dá gusto sentirse tan cerca de casa estando tan lejos. Y más si es comiendo tortilla de patata y ensaladilla rusa. 

lunes, 10 de enero de 2011

Nacer niño en Bali


Hoy me he quedado sin "Pembantu", que es la palabra indonesia para designar a la "asistenta", "housekeeper", o, para ser más exactos, ángel de la guarda que hace todo lo que a mí no me gusta hacer. Resulta que la chica estaba embarazada, y, como hay cosas en la vida que son inevitables, este fin de semana ha dado a luz a un precioso bebé.

Y no os cuento esto para lamentarme del futuro que me espera, plumero en mano, sino porque mi conversación con Dayu unos días antes de dar a luz bién merece ser compartida aquí:

Yo: Dayu, quería pedirte si me puedes recomendar a alguna persona que venga a ayudarme después de que tú tengas el bebé.
Dayu, Ibu, no se preocupe porque yo solo voy a tomarme una semana de baja después del parto.
Yo, muy incrédula, ¿vas a dejar a tu bebé recién nacido con sólo una semana?
Dayu, sí, porque necesito el trabajo, y mi familia puede cuidarle. Además, si el bebé es una niña, como yo he tenido ya otras dos niñas, se lo voy a dar a mi tía. 
Yo, más incrédula aún, ¿quéeeeee?
Dayu, Bueno, es que mi tía la pobre ya ha tenido diez abortos, y está muy triste porque quiere tener un bebé y no puede... y como yo ya tengo dos niñas... En cambio si es un niño lo criaré yo. 
Yo, pero, pero, pero... señalando su tripa horrorizada, ¿cómo vas a dar a tu niña a nadie? ¡Es tu bebé! tú ya eres madre y sabes lo que se siente. No puedes entregarle así como así.
Dayu, bueno, ya lo sé, pero vivimos todos juntos así que yo igualmente la vería crecer, y mi tía me lo ha pedido desde hace mucho tiempo, ya me pidió que le diera a mi segunda hija... Además, hemos estado rezando mucho para que fuera un niño, y he prometido este sacrificio en mis oraciones.

Me dejó sin palabras. No sé si es un acto de generosidad o una barbarie. Aquí las tradiciones mandan, y, en las familias hinduistas, es el hijo varón quien continúa el linaje, trabaja las tierras de la familia, y cuida de los padres cuando envejecen. La mujer en cambio se casará y formará parte de otro clan en el futuro, así que ellas son una mala inversión.

Nacer niño en Bali es toda una suerte. Yo diría que es una suerte en cualquier parte del mundo, pero en occidente al menos no es tan evidente. Esta reflexión me daría para otro post, o un blog entero, pero hoy no tengo tiempo.... me he quedado sin "pembantu". ¡Ha sido niño!

martes, 4 de enero de 2011

Razones para salir corriendo: Internet


Como os decía en este otro post, en Bali te encuentras todos los días con razones para quedarte y otras para salir corriendo hacia algún lugar del primer mundo. Estos días nos hemos dado de bruces con una realidad, y vais a tener que perdonarme por el lenguaje pero no encuentro palabras mejores para explorarlo: en Bali sin Internet estás jodido. Y así llevamos desde que comenzó el año, desconectados. Mientras cenábamos la última noche del 2010, el año decidió despedirse con una tormenta de las que hacen época, y uno de los rayos cayó tan cerca de nuestra puerta que el router murió en el acto. Desde entonces las ondas wifi nos han abandonado ye estamos en un sin vivir. Internet es aquí mucho más que un hobby, es una necesidad. Con internet trabajamos, "blogueamos", hablamos por teléfono (viva Skype!), vemos la tele, enviamos fotos, leemos el periódico y nos enteramos de lo que hacen los amigos vía facebook. Sin Internet nos sentimos aislados y solos, y de pronto los tropecientos mil kilómetros que nos separan de casa parecen aún más.

D. y yo andamos como yonkys, iphone en mano, a la búsqueda de una señal wifi abierta que nos permita descargarnos el correo o actualizar facebook. Enfermos? Tal vez un poco. Para solucionar el asunto he hablado ya unas cinco veces con la compañía y me aseguran que han dado curso a mi queja y que se presentará un técnico "today". Si ya generalmente, en el primer mundo se entiende, éstas son gestiones complicadas, en Bali la tarea de lograr que un técnico de la compañía telefónica acuda en tu ayuda es apta solo para aquellos con nervios de acero. Lo que puede llegar a crisparte aquí es que nadie te dice que no. Tú les preguntas, ¿va a venir el técnico por la mañana? y la respuesta es sí, pero si les preguntas, ¿va a venir a las cuatro de la madrugada? dicen, "maybe".... No lo he probado pero creo que si les preguntara, ¿va a venir volando en su helicóptero? la respuesta sería, "of course miss".

Según me han dicho mañana vendrán a instalarme un nuevo router y, crucemos los dedos, estaremos otra vez conectados. Mientras tanto, posteo desde el "internet lounge" del Hotel Puri Santrian, que es para mi gusto el mejor hotel de Sanur. Este maravilloso resort tiene la "cortesía" de regalarme su wifi con vistas al mar. No hay mal que por bien no venga.